El fundador del Instituto Mario Negri de Bérgamo y uno de los expertos más respetados en Italia es un firme defensor de la prevención para reducir el riesgo de sufrir enfermedades.
Es evidente que las decisiones que tomamos en relación a nuestro estilo de vida tienen consecuencias. Atrás quedaron los tiempos en los que se otorgaba a la genética un papel preponderante a la hora de determinar la longevidad de las personas. Hoy sabemos que, aunque evidentemente influye, no existe por norma general una genética ganadora o perdedora y que son nuestros hábitos los que en buena parte explican el éxito de quienes viven más años de forma saludable.
Una muestra de ello es Silvio Garattini, prestigioso químico y médico italiano, que ha comentado en más de una ocasión que su caso es el ejemplo de que el día a día es más determinante. “En mi caso, la genética no ha influido nada. Sólo conocí a una abuela y mi madre murió con 67 años”, explicaba hace pocas fechas el fundador del Instituto Mario Negri (Bérgamo), que a sus 96 años mantiene una actividad frenética.
“Trabajo todos los días. El secreto es llegar a un equilibrio en el que sepas que mañana puede que no estés, pero si estás tienes que hacer algo”, aseguraba el científico italiano al ‘Corriere della Sera’, consciente de que es bueno ser consciente de la propia fragilidad sin que ello suponga un desgaste ni impida una mínima planificación a medio y largo plazo.
Al final, tener un propósito al que agarrarse -en su caso es seguir con su labor investigadora y divulgadora- es un aliciente para mantenerse activo física y mentalmente. Y ello no sería posible basarse en unos principios fundamentales.
“En general, hay que seguir la dieta mediterránea, que promueve el consumo de fruta, verdura, pescado e hidratos de carbono complejos, y limitar la ingesta de carne y grasa. La dieta debe ser variada y moderada. Yo, por ejemplo, no almuerzo. Las calorías deben ser proporcionadas”, asegura Garattini.
“Y luego hay que hacer ejercicio, dormir al menos siete horas y cultivar las relaciones sociales. En el Instituto Mario Negri por ejemplo hicimos un estudio con 2.000 ancianos de 80 años, a los que realizamos un seguimiento durante 15 años. Los que mantenían pocas relaciones sociales tenían más riesgo de problemas cognitivos. Hay que cultivarlas incluso después de la jubilación”, añade.
El poder de la prevención
Además, el prestigioso oncólogo italiano es un firme defensor de la prevención como herramienta más eficaz para velar por la salud. “Seguir unos hábitos correctos nos da más posibilidades de contraer menos enfermedades y vivir más tiempo. No todas las enfermedades caen del cielo, sino que muchas dependen de nuestro estilo de vida. Debemos volver a poner la prevención en primer lugar”.
“Los médicos no sólo deberían recetar medicamentos, sino también buenos hábitos como caminar al menos tres kilómetros al día y bajar unos kilos”, concluye Garattini.