Un emocionado Biden pide el voto para Kamala Harris para batir a Trump y “preservar la democracia”

Internacional
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“Amo mi puesto, pero amo más a mi país”, dice el presidente al pasar al testigo a su vicepresidenta en la convención demócrata

Un emocionado Joe Biden hizo de tripas corazón este lunes para dar todo su apoyo a Kamala Harris para sucederle en la presidencia de Estados Unidos. Hace un mes, Biden aún peleaba por ser él mismo el candidato demócrata a la reelección.

Tras tirar la toalla en un ejercicio de realismo ante las presiones del partido y de la opinión pública, Biden se vuelca ahora en evitar que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca. “Amo mi puesto, pero amo más a mi país”, dijo al explicar su renuncia y al pedir el voto para Kamala Harris para “preservar la democracia”.

El presidente recibió todo el cariño del partido, con una audiencia más entregada que nunca.

Tras ser presentado por su hija, Biden tardó casi cinco minutos en poder empezar su intervención, pues se lo impedían los aplausos y los cánticos de los asistentes: “Gracias Joe”, “Te queremos, Joe”, coreaban los miles de asistentes al United Center de Chicago, donde se celebra la convención.

La comunión entre el presidente y los delegados sirve de sutura emocional para la herida abierta en el partido con su retirada. Que Biden pase el testigo a su vicepresidenta, con la que tiene sintonía y complicidad, también facilita las cosas.

“Elegir a Kamala Harris fue la primera decisión que tomé cuando me convertí en nuestro nominado y fue la mejor decisión que he tomado en toda mi carrera”, dijo Biden, en un discurso que tuvo algo de testamento político. “He dado lo mejor de mí a Estados Unidos. He cometido un montón de errores en mi carrera, pero os he dado lo mejor de mí”, afirmó el presidente.

Su intervención repasó los logros de su presidencia y avaló a Harris como heredera de su legado, pero también estuvo dedicada a advertir de la amenaza existencial que ve en una posible vuelta de Trump. “Salvamos la democracia en 2020 y vamos a salvarla otra vez en 2024″, dijo el presidente.

“¿Estáis preparados para votar por la libertad, por la democracia y por Estados Unidos? Dejadme preguntaros: ¿estáis preparados para elegir a Kamala Harris y Tim Walz?”, había iniciado su intervención.

Declaró su amor por Estados Unidos y lo contrapuso a lo que considera la actitud de Trump: “No puedes amar a tu país solo cuando ganas”, dijo. “Donald Trump dice que somos un país en decadencia.

Dice que estamos perdiendo. ¡Él es el perdedor! Está totalmente equivocado”, exclamó. “El crimen seguirá bajando cuando pongamos en la Casa Blanca a una fiscal en lugar de un delincuente convicto”, soltó en otro ataque a su rival político.

Sobre el escenario apareció un Biden energético, que recordaba más al que dio el discurso sobre el estado de la Unión en marzo que al que naufragó en el debate contra Trump de junio.

Su discurso, en realidad, fue en gran medida una antología de intervenciones previas. A Biden le gusta repetir las frases que considera acertadas. “Wall Street no construyó Estados Unidos.

La clase media lo hizo. Y los sindicatos construyeron la clase media”, fue una de tantas. “Donald Trump prometió una semana de infraestructuras cada semana después de cuatro años, y nunca construyó una maldita cosa”, otra.

“Estamos en un punto de inflexión, en uno de esos raros momentos en la historia en que las decisiones que tomamos determinarán la suerte de nuestra nación y del mundo en las próximas décadas”, insistió, como muchas otras veces.

También reiteró su idea de que se libra una “batalla por el alma de la nación”. Y otra que, cada vez que se escucha, anuncia que el discurso llega a su fin: “Somos los Estados Unidos de América y no hay nada que no podamos hacer si lo hacemos juntos”.

El presidente dio un repaso a los logros de su presidencia, incluyendo la salida de la pandemia, la recuperación económica, la creación récord de empleo, la rebaja de los precios de los medicamentos, las inversiones en infraestructura y el impulso a las plantas de microprocesadores.

Una audiencia entregada
Rodeado de familiares y aliados políticos, Biden recibió el cariño de una audiencia entregada en su fugaz paso por una convención en la que no es el protagonista. Aunque la mayoría de los delegados fueron elegidos en las primarias para nominarle, ahora el Partido Demócrata ha pasado a ser el partido de Kamala Harris.

La propia vicepresidenta y candidata demócrata se puso al frente de los agradecimientos con una intervención sorpresa en la primera sesión de la convención.

Al ritmo de la canción Freedom, de Beyoncé, convertida en su himno de campaña, Harris se saltó el programa para aparecer en escena durante la tarde del lunes. “Esta va a ser una gran semana y quiero empezar celebrando a nuestro increíble presidente Joe Biden”, dijo.

“Joe, gracias por tu liderazgo histórico, por tu vida de servicio a nuestra nación y por todo lo que sigues haciendo. Te estaremos eternamente agradecidos. Gracias, Joe”, dijo, en medio de la euforia desatada de los presentes, un par de horas antes de que interviniese el presidente.

Luego, tras el discurso, acudió junto a su marido al escenario para agradecer a Biden sus palabras.

Antes, muchos de los oradores ya le habían dado las gracias al presidente. El senador por Georgia Ralph Warnock destacó su medio siglo de actividad pública y le definió como “un verdadero patriota que siempre pone a la gente por delante”.

El presidente del sindicato United Auto Workers, Shawn Gain, que llevaba una camiseta llamando a Trump “esquirol”, recordó la histórica participación de Biden en un piquete de la huelga del motor del año pasado.

Chris Coons, senador por Delaware, el Estado adoptivo de Biden, se deshizo en elogios hacia el presidente y la primera dama, con el aplauso generalizado de la audiencia, a la que arrancó gritos de “Queremos a Joe”. Jim Clyburn, congresista por Carolina del Norte, destacó que una de las mejores decisiones de Biden fue “elegir a Kamala Harris como vicepresidenta y respaldarla para sucederle”.

La primera dama también participó en la despedida. Jill Biden, que intentó levantar el ánimo del presidente tras su desastroso debate del 27 de junio contra Trump y trató de evitar que tirara la toalla, y la hija del presidente, Ashley Biden, han expuesto el lado humano de Joe Biden para completar el homenaje.

Ambas aprovecharon para hacer campaña por Kamala Harris y Tim Walz. Sus declaraciones de amor emocionaron al presidente, al que se le saltaron las lágrimas.

Los globos rojos, blancos y azules, los colores de la bandera de Estados Unidos, están ya sobre el techo del United Center, el pabellón de los Chicago Bulls donde se celebra la convención.

Cuando caigan el jueves será para celebrar la nominación de Kamala Harris. Para entonces, Joe Biden estará en Santa Ynez, en California, a unos 3.000 kilómetros de distancia, a donde se fue esta noche a pasar unos días con su familia tras su último gran servicio al Partido Demócrata.