La importancia de la educación emocional en la infancia

Salud
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Descubre la importancia de la educación emocional en la infancia y explora productos educativos que fomentan el reconocimiento y expresión de emociones en niños.

Los seres humanos estamos hechos para vivir en sociedad, es por eso que resulta necesario tomar conciencia de todo lo que supone vivir en un contexto tan variado. Nuestra manera de relacionarnos con los demás, la actitud para afrontar problemas, la capacidad para resolver conflictos, la disposición para escuchar y empatizar con otras personas… en todo ello están muy presentes las emociones.

En este artículo la psicopedagoga Laura Zarca nos contará sobre la importancia de desarrollar las habilidades emocionales desde la primera infancia y el impacto que tiene una buena educación emocional durante el crecimiento de los más pequeños.

Beneficios de la educación emocional
La educación emocional pretende desarrollar todas esas habilidades que conforman la parte más humana de las personas, la que nos permite querer y ser queridos, entender y ser entendidos; sin duda una parte esencial del desarrollo.

Como sociedad, somos los encargados de dotar de herramientas a los niños y niñas para hacer frente a las situaciones que viven diariamente. Por un lado, el profesorado puede desempeñar esta función desde las aulas, aprovechando las interacciones de los niños y niñas con su grupo de iguales (compañeros, amigos..) , así como con personas adultas (profesorado o personal no docente). Además, las familias no solo han de preocuparse por el desarrollo académico de sus hijos, si no que han de procurar que crezcan en un ambiente sano y de bienestar emocionalmente hablando.

¿Alguna vez has escuchado eso de que hay emociones buenas y emociones malas? Ira, alegría, soledad, incertidumbre, envidia… son muchas y muy diversas las emociones que pueden aparecer a lo largo del día. Por eso, saber reconocerlas es el primer paso para llegar a entender por qué nos sentimos así y cómo podemos gestionarlas. Sin embargo, te desmiento un mito: no hay emociones malas. Puede haber unas que nos gusten más que otras, con algunas de ellas nos sentiremos mejor que con otras, unas las gestionaremos mejor, otras peor… ¡pero todas son necesarias! Lo importante es aprender a manejarlas, de manera que podamos controlar también nuestra respuesta conductual en diferentes situaciones.

¿Cómo trabajar las emociones?
Es importante educar a los pequeños haciéndoles enseñándoles la multitud de emociones que podemos sentir a los largo de nuestra vida, además de hacerles entender que cada persona puede sentirlas y expresarlas de manera muy diversa.

Juego de expresión facial

Con este recurso los más pequeños aprenderán con qué rasgos físicos manifestamos cada emoción. Se trata de una actividad manipulativa por lo que les llamará mucho la atención.

Este producto incluye diferentes diseños de ojos, orejas, pelo y cara para poder combinar y relacionar la expresión fácil con la emoción correspondiente que encontraremos en cada tarjeta.

Bloques de construcción de las emociones

Se trata de un formato diferente al anterior con el que también trabajaremos el reconocimiento de las emociones y su expresión de una manera muy amena. El producto incluye piezas pequeñas por lo que su uso se aconsejo a partir de los 36 meses.

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